Vamos a empezar con lo obvio: yo no soy nutricionista. Sólo soy una persona que cada día intenta comer mejor (o como dice Julio Basulto, al que siempre acabo citando en estas cosas, que intenta «dejar de comer peor») y, sobre todo, una madre que intenta que su hija coma bien desde el principio. Especialmente en esta época en la que le toca vivir, tan dominada por la industria alimentaria y tan llena de cosas comestibles (que no alimentos) altamente perjudiciales a las que aficionarse desde la cuna. Desde ese punto de partida, llevo ya varios años preocupándome por nuestra alimentación en casa, leyendo libros y artículos, cambiando hábitos, incorporando alimentos, desterrando productos y mirando y remirando cada etiqueta durante tanto tiempo que cualquier día me van a ofrecer unas gafas de cerca en el pasillo del supermercado.
Una de las primeritas cosas que descubres a poco que busques es que prácticamente todos los productos alimentarios dirigidos al público infantil son insanos. Si no tienen exceso de azúcar, tienen exceso de sal o exceso de grasa, o exceso de cualquier combinación de las anteriores (incluyendo exceso de todo).
Después, comprendes que todos los mensajes publicitarios que te dirigen sobre lo sanos y fuertes que van a crecer tus hijos si consumen tal o cual producto son puro marketing. El primo de Zumosol no hubiera salido alto y fuerte, más bien tendría diabetes si estaba todo el día amorrado al brick. Si a ti te daban dos petit suisses no creciste el doble, en realidad tuviste el doble de posibilidades de tener obesidad. Ni las Dinosaurus son equilibradas ni mi primer Danone es lo mejor y más adaptado que le puedes dar a tu bebé (2 terrones de azúcar por yogur, y hablamos de bebés), ni……………. Lo voy a parar aquí porque la lista podría ser infinita. Igual un día la hago aunque sólo sea para ver cómo nos las cuelan.
En el momento en que unes ambas conclusiones, llegas a la conclusión final: seguramente un alto porcentaje de lo que le das a tus hijos para que crezcan sanos es insano. Y aquí es cuando entra uno en shock.
He observado, a lo largo de mis charlas con otras madres y de todo lo que he ido leyendo y bicheando por ahí, que los productos insanos para niños crean una curiosa dependencia: parece que, sin ellos, los niños no van a tener nada que comer. Quizá no en las comidas principales pero sí en los desayunos, en las meriendas, en los almuerzos para media mañana en el cole.
Si me vetas las leches de crecimiento multivitaminadas, el ColaCao, los batidos de sabores, los yogures bebibles, los actimel, los yogures azucarados y de sabores, los danoninos, los yogolinos, los cereales de desayuno, los zumos envasados, los bollos y hasta las galletas…. (instante de pausa para entrar en pánico) ¿¿Qué va a desayunar el niño??
Pues muchísimas cosas, y muchísimo más saludables, una vez logremos salir ambos de la trampa de los productos industriales para niños y nos demos cuenta de que antes de que se envasara el primer paquete de galletas, se emitiera el primer anuncio y se vendiera la primera licencia de La Patrulla Canina, la humanidad ya llevaba comiendo muchas cosas muchos miles de años.
ALIMENTOS SALUDABLES PARA DESAYUNAR
Puesto que las combinaciones son infinitas, me ha parecido más útil anotar un listado de alimentos que podemos ofrecer a nuestros hijos a la hora de desayunar y que cada cual los combine al gusto particular. Aquí te dejo algunas de las opciones (no todas, por supuesto) que puedes valorar cada mañana:
- Pan integral o multicereales
- Palitos integrales, de espelta… (SIN añadidos, mira bien la composición para no llevarte sustos, hay pocos)
- Yogur natural SIN azúcar
- Leche (normal, cuidado con los etiquetados de las adaptadas para niños y de crecimiento)
- Queso de alta calidad (luego explico cuál es el de «baja calidad»): queso fresco tipo Burgo de Arias, queso tierno, queso curado, queso de cabra…
- Fruta ENTERA (en zumo mejor no a diario, aunque esté hecho en casa): plátano, fresas, frambuesas, arándanos, naranja, mandarina, piña, kiwi, manzana, pera, uvas…
- Cereales SIN añadidos (existen, de verdad, aunque suelen andar por las zonas bio o dietética, bien lejos del «pasillo de los cereales azucarados»): trigo, maíz, espelta, avena, centeno, cebada.
- Frutos secos: nueces, almendras, pistachos, anacardos… (en niños pequeños pueden molerse y mezclarse o presentarse en láminas, por ejemplo, para evitar riesgo de atragantamiento)
- Semillas (podemos espolvorear el yogur, las tostadas…)
- Aguacate (en rodajas, aplastado y untado con limón y sal o en guacamole casero)
- Hummus
- Hortalizas y verduras: Tomate natural (lo podemos triturar para untar), palitos de apio o zanahoria, pepino…
- Aceite de oliva (y si puede ser, virgen extra)
- Huevos (revueltos, en tortilla, duros…. si son fritos, mejor puntualmente)
- Pescado azul: atún, salmón…
- Crepes o tortitas caseras (SIN echar azúcar en la masa y mejor con harina integral, rellenas con fruta natural)
- Batido casero (puntualmente, no a diario, podemos mezclar fruta, yogur, avena…)
A EVITAR EN EL DESAYUNO, MERIENDA O A DIARIO
Yo ya los tengo todos clarísimos pero quizá alguno te sorprenda, tan engañados como estamos acerca de ellos:
- Zumos envasados (incluso los que dicen «0% azúcar» o «sin azúcar»)
- Yogures y lácteos azucarados: yogures de sabores (llevan mucha azúcar y poca o incluso nada de fruta), bebibles, actimel, natillas, flanes…
- Bollería, incluyendo las galletas.
- Cremas de untar azucaradas tipo Nocilla o Nutella (busca el porcentaje de azúcar y grasa de palma de ambas y te caerás de la silla)
- Quesos de baja calidad: tranchetes, minibabibel, quesitos..
- Embutidos y cárnicos procesados (al menos a diario)
- Cola-Cao, Nesquick, batidos de sabores (vainilla, chocolate, fresa…)
- Refrescos (me duele hasta escribirlo pero sé de peques de uno o dos años que desayunan con Coca-Cola)
- Cereales azucarados de desayuno (bien llamados extraoficialmente «chucheales»)
- Cereales para bebé de bote (incluso los que dicen «sin azúcar»), potitos, productos supuestamente adaptados a bebés (como Mi Primer Danone)
- Y, en general, todos los productos destinados al público infantil, envasados en packagings molones llenos de dibujos animados y todos los productos con etiquetas largas y llenas de ingredientes, excipientes y aditivos.
No se trata de volverse loco. Con un 80% de nuestra dieta compuesta por alimentos saludables es suficiente para decir que comemos «bien». Podemos tomar nuestros caprichos, por supuesto, de vez en cuando. El problema no es que yo me tome palmeras de chocolate (cómo me gusta hablar de ellas, ains). El problema es que me las tome CADA DÍA para desayunar o merendar.
Y, sobre todo, lo que debemos es tener muy bien identificados todos esos productos insanos para que no acabemos dando, sin quererlo ni saberlo, un montón a nuestros hijos cada día precisamente con la intención contraria: que coman sano.
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De verdad que aveces nos vemos sin medios para alimentarlos de manera sana y cada día aún sorprende el gran engaño que nos hace la industria alimentaria infantil.
Muy útil, muchas gracias x compartir!
Hola guapísima!!! interesantísimo artículo!!! mis mellis con casi 11 meses que tienen aún no han probado chuches, ni galletas, … nada que no he querido yo darles. Lo único por lo que he tenido que pasar ha sido por el yogur (de sabores o no sé cual les dan, no lo quiero ni saber) que les dan en la guarde, y porque no hay más remedio que tenerlos en la guarde. Pero en casa nada… en casa eso no entra!!!!! En la guarde creo que lo tienen restringido a 1 día por semana.
¿Y sabes cual ha sido la forma de «dejar de comer peor»? (Creo que eso hubiera sido un punto a añadir en el artículo): Pues muy fácil, reeditando la lista de la compra!!!!!!! Por increíble que parezca, si te ciñes a echar en el carro sólo y exclusivamente productos primarios se avanza muchísimo en el cambio!!!
Yo lo pongo en práctica, y a veces veo algo que se me antoja… como la Nutella. Y dije: cómo podría hacer yo una nutella casera…?? Hasta que he hecho una crema de avellanas y harina de algarroba que no está nada mal, al menos para «ocasiones», tampoco para un diario, y no está nada mal.
Así que truqui radical: alimentos sin procesar al carrito de la compra!!!!!
Un abrazo amiga!!!!
Hola guapa!! Me alegro de que tus mellis y tú estéis apostando por la salud 🙂 Está clarísimo esto que comentas: la mejor forma es no traerlo a casa. Ya se sabe que si no, nos lo acabamos comiendo. Un abrazo enorme!
Buen recopilatorio! Y muy recomendable Julio Basulto, a nosotros nos vino genial leer su «Se me hace bola».
Quería hacer un apunte sobre los frutos secos, y es que además del riesgo de atragantamiento, está el riesgo de aspiración. Lo descubrí hace poco, no tenía ni idea. Hay un testimonio muy bueno, si pones en el buscador Marisa Millanes García aspiración frutos secos, o simplemente aspiración frutos secos, te sale. A nosotros nos ha hecho replantearnoslo y de momento, los frutos secos sólo molidos, que algunos ya se los dábamos en trocitos.
En cuanto al azúcar, a nosotros nos cuesta eliminar del todo…ponemos panela, sirope de agave, miel…pero por ejemplo si hacemos un bizcocho, ponemos solo la mitad de panela, o menos! Eso si yogures, fruta etc sin azúcar, es increíble porque hay gente que añade azúcar incluso a la propia fruta!
Termino mi tocho con una pregunta sobre el queso, el minibabybel es un queso malo? Es que fíjate que yo pensaba que no estaba mal por los ingredientes, que es casi todo leche…
Hola Ana!
Muchas gracias. Sí, se me hace bola está genial. Yo lo tengo en mi lista de los 7 libros de crianza que me cambiaron la vida.
Respecto a los frutos secos, llevas razón, yo también lo vi hace un tiempo y de hecho me hizo cuestionármelo todo. La peque el tema atragantarse lo gestiona fenomenal desde que tenía meses (el BLW ayuda mucho) y por eso me animé a introducirlos antes de lo previsto. Yo estoy en duda porque le encantan y ya tiene casi tres años y medio (si lo leo cuando tenía dos, seguramente habría hecho como tú) pero la verdad es que estoy mucho más atenta ahora. En el listado dudé si meterlos pero como es un listado general un poco para todas las edades, y son una alternativa super saludable, los puse con esa pequeña nota.
La repostería casera es muy complicada hacerla sin azúcar pero suele ser ocasional así que tampoco es grave. Pero se pueden hacer bizcochos y demás sin NADA de azúcar/endulzante-alternativo. Sé de una mamá vegana que hace tartas sin nada, y las endulza con plátano y otros truquis.
Con lo de los yogures y demás quitas mucho porque los azucarados llevan cantidades industriales de azúcar. Yo antes tomaba mogollón. Al yogur le echaba 2-3 cucharadas (me gustaba cuando crujía un poco), el té era más «azúcar con té» que «té con azúcar»… estaba anestesiada. Cuando desacostumbras el paladar ya no toleras los niveles de antes. De hecho hasta los activia de fresa, que antes me parecía incluso ácidos, los encuentro intragables de empalagosos.
Respecto al minibabibel, en toda la información que reuní, está catalogado como de los poco aconsejables. Los hay peores pero yo ya de todas formas de todo lo que viene «bonito» y preparadito, huyo cada vez más…
Un abrazo!
Si, es maravilloso recuperar el paladar que lo solemos tener atrofiado.
Mira también quería comentar el tema de la avena. Por lo visto dicen que la avena cruda tiene más nutrientes, pero que se digiere peor. Hay diferentes teorías. Nosotros llevamos un tiempo que la consumimos mejor en porridge, pero a saber…hay un artículo que lo explica «la avena así NO», o poniendo en el buscador avena mejor cruda o cocida. Abrazo!
Cuando era más peque sí la cocía un poco pero desde hace un tiempo la tomamos cruda. De hecho la peque se la toma hasta a pellizcos, como si fueran pipas…
Te he comentado en twitter pero aquí me puedo extender algo más, y ¿por qué no conocía tu blog? me estoy sintiendo tan identificada con las cosas que voy leyendo…
A mi peque me negué a darle nada de azúcar hasta el año, a partir de ahí lo mínimo, aunque siempre hay que luchar con familiares que se empeñan que no pasa nada por darle galletas o similares… Como seguimos con la santa teta fue más tarde que introducimos el desayuno, no lo veía necesario, la verdad, y como después siempre toma piezas de fruta por la mañana el niño no tiene hambre.
Ahora que hemos metido algo más a modo de desayuno he optado por yogur natural, nuevamente la familia (en parte) comenta que eso no hay quien se lo coma tan ácido… y mi hijo se lo come feliz. También me costó encontrar cereales sin azúcar ni mierdas varias, en la zona de dietética de Alimerka (por si a alguien le sirve) venden varios productos «bio» y entre ellos hay copos.
Me interesa mucho el tema de panes y demás porque no soy capaz de dar con uno decente. Lo ideal sería que lo hiciera yo misma en casa, lo se, pero lo práctico no lo es y el tiempo es un enemigo. También intento cuidar la alimentación en general y de forma más paranóica la del peque, encima desde que leí que los dos primeros años son vitales para prevenir enfermedades del futuro…
Por cierto, lo más gracioso de la mayoría de niños que se inflan con el azúcar desde bien pequeños (o con sal) es que no suelen comer muchas cosas. A nosotros nos criticaban bastante por ello pero al ver lo bien que come ya el niño de todo se maravillan y cierran el pico ^^
Fantástico artículo : )
Hola Diana!
En primer lugar, muchísimas gracias, comentarios como este alegran el día 🙂
Mi hija no probó el azúcar hasta los dos años que tomamos un helado artesano por ahí y le dejé rechupetear una pizquita. Desde ese episodio nos hemos vuelto a mantener en niveles de azúcar cero hasta este verano, con tres años. Me doy por satisfechísima… ya sabes la presión que hay con el tema azúcar y la infancia. Entre lo que te ofrecen, lo que te quieren imponer, lo que te critican y lo que te culpabilizan (pobrecita, no la dejas tomar nada, la tienes blablabla) lo considero todo un mérito. Ahora tiene 3 años y 4 meses y ha empezado el cole, así que entran factores externos fuera de mi control y sé que algo caerá pero lo que te digo, sus primeros 3 años han sido libres de azúcar, me doy por satisfecha. Los primeros años son vitales como dices y eso que se lleva, igual que la larguísima lactancia.
Los yogures en casa los tomamos también naturales (naturales bio, por cierto) a pelo, los tres. Nos hemos habituado y no toleramos ya los otros, los notamos hiperdulces. También hemos soportado un gran asedio con eso-no-hay-quien-se-lo-coma y pobrecita-cuando-me-vas-a-dejar-ponerle-miel-o-algo. Y ella ADORA los yogures, jamás se quejó lo más mínimo. Son ideas preconcebidas.
Los cereales yo también los compro bio porque son los únicos que encontré que son sólo copos sin nada. Compramos dos: copos de avena integrales y uno con 5 cereales (avena, trigo, maíz, centeno y cebada creo) que tampoco lleva nada más que los cereales (ya he comprobado que los que llevan muesli o frutas sí llevan azúcares). Mi hija echa los copos de avena integrales sin nada en la leche sin nada y se lo toma tan pichi. Qué felicidad y libertad crecer sin condicionamientos de un paladar anestesiado por azúcar, sal y glutamatos.
Tema pan… pues yo estoy igual, me temo que no te sirvo de mucho. Encontré geniales, pero a tres euros. Imposible mantener el ritmo. Así que en casa estamos valorando una panificadora. Si me animo lo comparto!
No me extiendo más, que cuando sale un tema que me toca, me lío la manta y nos falta el café 🙂
Un abrazo!
Hola! Yo le doy fruta tanto en casa como pata llevar al cole (variada) y leche o yogur natural, pero le hecho azúcar moreno, aunque no sé si es bueno. También había pensado aderezarlo con un poco miel, será bueno? Gracias!
Hola Nuria! Pues yo no soy experta pero durante un tiempo me volví loca buscando formas saludables de endulzar con alternativas al azúcar blanco y, cuanto más leo, más me va pareciendo que al final es todo un poco lo mismo… Que lo mejor es no abusar del azúcar, intentar no tomar a diario, endulzar con lo mínimo y elegir el formato que más te guste. El yogur natural se endulza maravillosamente con uvas, tanto en trocitos pequeñitos (lo más peques que salgan con las tijeras) como batiéndolo, por si te sirve el truqui 😉 Un abrazo