Mi pequeña escritora. Mi pequeña pintora. Mi pequeña artista. Mi pequeña bailarina. Mi pequeño loro cantor de cuerda infinita. Mi pequeña cabecita creativa, llena de ideas que me dejan loca. Ya ves… sigo viéndote como mi pequeña, a pesar de lo grande que te me estás haciendo. A pesar de que cada vez que te abrazo y te intento estrujar me sobran brazos y piernas por todas partes y, durante un instante cada vez, no consigo comprender cómo y cuándo creciste tanto y tan de golpe. Cómo nos hemos plantado en los siete años. Siete años ya, qué locura, si no hace ni dos parpadeos el bebé en casa… eras tú.
Siete años y, de todos, este último el más difícil. El que nos ha supuesto un reto en todos los sentidos, que hemos ido superando pichí pichá, lo mejor que hemos podido. Pero es que se nos ha juntado todo, chiquitina. Una pandemia, un hermanito, un cambio de ciclo en el cole. Un poco de estrés con el que ya contábamos y un mucho que no nos esperábamos. Quizá por eso esta carta que siempre te escribo en tu cumpleaños me cuesta este año más que ningún otro, porque soy muy consciente de que ha sido el año en el que peor madre he sido para ti de todos. O, si no la peor, desde luego sí la menos calmada y la menos capaz.
Pero hay una cosa que me gustaría que aprendieras para cuando seas grande de verdad y vivas tu vida: siempre hay algo bueno en cualquier situación. Y este año, que ha sido tan difícil para todos también nos ha servido para mucho bueno.
Para aprender que en la vida nos tenemos que adaptar, que nunca se sabe lo que nos espera al dar el siguiente paso pero que, como en tu cuento de Pete the cat, siempre tenemos que seguir caminando y cantando nuestra canción.
Para aprender a perdonarnos cuando no lo sabemos hacer mejor y comprender cuánto vale que consigamos hacerlo bien cuando más cuesta.
Para valorar lo bonito que es estar juntos y la grandísima suerte de tenernos, y darnos cuenta de que al final lo importante de verdad en la vida es eso y solo eso.
Es un año que ha tenido mucho de desafío pero también mucho de regalo. No sabes cuánto agradezco el regalo inesperado que ha sido poder pasar tantos meses juntos en casa, haber podido atrapar un pedacito de eso que se nos escurre entre los dedos: tiempo.
_ ¿Por qué no cumples mejor un año sí y uno no, y me duras más chiquitita? – te pido continuamente. Y tú siempre te ríes desde la sabiduría y la franqueza absoluta de tu inocencia.
_ ¡Porque no se puede, mamá! ¡La vida es así!
Ya podría la vida tirarse un poco el rollo con las mamás y los papás y hacerlo al revés, que los días no se hicieran tan largos, eternos y agotadores y, en cambio, los años no se volaran en un suspiro y los pudieramos saborear despacio. Pero qué le vamos a hacer, la vida es así como tú dices, así que no me va a quedar más remedio que seguir haciendo lo que hago desde que naciste: grabarme cada instante en la retina.
Grabarme tus ojos cristalinos, tu sonrisa de pirujita y esas pequitas lindas que te van saliendo como si te las dibujaran con un boli de punta fina. Grabarme tu ternura y esa inocencia que por suerte siempre hemos tenido contigo a manos llenas. Grabarme la originalidad de tus ideas y el funcionamiento de tu apasionante cabecita. Grabarme cada ataque de risa juntas y cada guiño compartido con chasquido chuleta secreto. Grabarme cada abrazo de estrujarnos en los que intentas arrancarme la cabeza como hice yo de pequeña con una de mis Barbies, cada mimo, cada sesión de cosquis. Grabarme cada vez que me necesitas, me buscas y me quieres cerca.
Felices siete años, mi niña. Este año cruzas lo que se llama el umbral de la razón. Este año sí que se nos viene encima el cambio gordo. Este año sí que te me vas a hacer grande. Eso sí, yo te voy a contar un secreto y un privilegio maravilloso que tengo por ser tu madre: tengas la edad que tengas, para mí, siempre serás mi pequeña.
Disfruta el comienzo de tus siete años. Como en todos los anteriores y en todos los que vayan a venir, TE ADORO.
Mamá.
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Como siempre unos posts preciosos, que hacen que me emocione mirando a mi bebé de cuatro meses que cada día me sorprende con algo nuevo.
Hola Elisabeth! Mil gracias por este comentario tan bonito. Disfruta de tu bebé, que el tiempo se vuela. Un abrazo enorme