Sí. ¡Como lo lees! He llegado a la conclusión de que soy una mamá de otro planeta. De cuál, ya no estoy tan segura.
No debería ser así, pues abordo la maternidad con el máximo respeto y responsabilidad. Pero llegó un momento en que me cansé de atraer miradas extrañadas cuando comentaba algo sobre mis decisiones como madre. Miradas como si fuera, exacto, de otro planeta.
“¿A ti te parece normal seguir dándole el pecho con un año? Estás haciendo el tonto”
“¿Duerme con vosotros con cinco meses? ¡Sacadla inmediatamente! ¡Lo que estáis haciendo es muy perjudicial para ella!”
“¿Baby Led Weaning? Pero, también le das purés ¿no? Tú es que lees mucho…”
Estos son algunos ejemplos de comentarios que he encajado en estos veintiún meses, los que tiene mi Bichito, entre la resignación y la sonrisa tensa. Por eso, un día dejé de hablar. No fuera a ser que, ante tanto comentario impertinente, se me escapase una respuesta espontánea…
Pero algo dentro de mí se rebelaba ante ese silencio. Porque creo firmemente en los beneficios de todo lo que estoy haciendo por mi pequeña y porque, en el fondo, yo no sé hacer eso de callarme. Y por eso nace este blog.
Permíteme compartir contigo mi camino, mis obstáculos, mis descubrimientos, mis alegrías, mis penas y, en definitiva, mi experiencia como madre.
Y si algo de lo que cuento te inspira, te ayuda en un momento de necesidad o simplemente te hace sentir acompañada porque estamos viviendo lo mismo, será para mí una inmensa alegría.
¡Bienvenida!