A veces suceden cosas antagonistas, aparentemente incompatibles… o no. «Ser madre» me agobia. En genérico, en abstracto, pensado racionalmente. Me agobia saber que durante tantos años yo quedo en segundo plano y tantas cosas quedan directamente en stand-by. Me agobia sentir que no puedo caerme, que no puedo colgar el cartelito de «averiado», que no puedo meterme en la cama y mandarlo todo a la porra cuando siento que no puedo más. Me agobia el diferencial creciente entre la energía que tengo y la que ser madre me demanda 24/7. Hay mucho que me agobia en «ser madre», en la maternidad como concepto.
Pero «ser tu mamá», mi niña, ME FASCINA. Esas mil cosas que me agobian desaparecen como una pompa de jabón cuando te miro, cuando clavas tus ojos en los míos y siento como un mareo, cuando me sonríes y me ilumino entera.