En un impacto trasero ¿va seguro mi hijo a contramarcha?

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Fuente: Pixabay

Es relativamente fácil visualizar qué pasa en un impacto frontal. Hemos interiorizado mucha información previa que nos ayuda, como esos pequeños frenazos cotidianos sintiendo hacia dónde nos lleva el tirón y viendo el bolso salir disparado del asiento contra la guantera. También conocemos normalmente a gente que ha sufrido un latigazo cervical en un accidente de coche. Por eso tenemos tan claro que ante un impacto frontal lo más seguro es viajar a contramarcha, sobre todo en los primeros años de vida, cuando las diferencias anatómicas entre el niño y el adulto hacen que las consecuencias para el niño sean muchísimo más graves que para el adulto.

Hasta ahí, todo bien. Pero entonces surge la pregunta. Esa que siempre, siempre llega por algún lado. En nuestra cabeza cuando nos empezamos a concienciar, en un comentario si difundimos en redes, en nuestro cuñado al comentárselo pensando en nuestros sobrinos: “Y ¿si me dan un golpe por detrás? ¿Qué ocurre en un impacto trasero en una silla a contramarcha?»

Aquí empieza nuestro problema porque no tenemos apenas referencias para visualizarlo y a nivel de física el impacto trasero es más complejo. En el frontal la fuerza viene desde delante… la deceleración me lleva hacia delante… ahora la deceleración sería aceleración… vendría por detrás… no, me llevaría hacia atrás… y la fuerza entonces…

… y ahí (salvo que seas físico) el cerebro colapsa y lo soluciona a lo bruto: «volteando» todo. Si el niño iba seguro así, ahora irá seguro asá. Si en un impacto frontal la silla a favor de la marcha no es segura, en un impacto trasero la que no es segura será la silla a contramarcha.

Y aquí hay que aclarar dos puntos MUY importantes:

  • Un impacto trasero NO es un impacto frontal pero “al revés”. 
  • En un impacto trasero una silla a contramarcha TAMBIÉN es la opción más segura.

¿Qué dice la física?

Desde el punto de vista de la física lo más importante es la aceleración/deceleración, que va a tirar de nosotros con mucha fuerza:

1ª Ley de Newton: Todo cuerpo permanece en su estado de reposo o movimiento rectilíneo uniforme si no hay ninguna fuerza que lo saque de él.

2ª Ley de Newton: La fuerza es directamente proporcional a la masa y a la aceleración de un cuerpo.

¿Qué tiene esto que ver con mi coche? Sencillo. Cuando un coche con velocidad X impacta contra algo que lo frena, nosotros, que estamos en el interior del coche, tendemos a seguir a la misma velocidad que llevaba antes de impactar. Si no llevamos ningún sistema de retención, saldremos despedidos. Si llevamos un cinturón/arnés, éste nos sujetará, oponiéndose a nuestra inercia.

Nos veremos entonces expuestos a fuerzas de tracción generadas por la deceleración (la pérdida de velocidad del vehículo). Cuanto más alta sea la velocidad inicial, más baja la velocidad final y más rápido lleguemos de una a otra, más alta será la deceleración y, en consecuencia, más intensa será la fuerza de tracción:

  • Peor chocarnos a 50 km/h que a 30 km/h.
  • Peor chocarnos (bajar a cero de golpe, en centésimas de segundo) que pegar un frenazo (tardar unos segundos en parar del todo).
  • Y peor chocarnos contra otro coche que venga de frente (cuando alguno invade el carril contrario) que contra un objeto inmóvil, porque las velocidades de ambos vehículos, al tener direcciones opuestas, «se suman» aumentando la fuerza de la colisión.

Este es el escenario del impacto frontal. Ahora bien, en el impacto trasero el escenario es diferente:

Cuando nuestro coche está parado y otro coche impacta contra nosotros, nos va a empujar hacia delante por la velocidad que lleva al golpearnos.  Nosotros tenderemos igualmente a seguir «parados» pero aquí nuestra velocidad de partida es 0 km/h, lo que reduce las fuerzas de inercia a las que nos vemos sometidos a poco más que el peso de nuestros cuerpos.

Si en vez de estar parados estamos en movimiento y un sufrimos un choque por alcance, las velocidades «se restarán», ocasionando una fuerza de impacto equivalente al diferencial de velocidad entre ambos coches.

¿Qué nos ocurre en un impacto trasero?

Al recibir impacto trasero, en un primer momento tendremos la impresión de que nuestra cabeza se va hacia la parte posterior, ya que es la última en sumarse al movimiento de empuje que provoca el coche que choca contra nosotros.

Ese empuje provocará una aceleración en nuestro coche, que se desplazará hacia delante a consecuencia del golpe.

Finalmente, tras esa aceleración y ese desplazamiento nos vamos a encontrar casi irremediablemente en un escenario de impacto frontal. Bien porque al perder el control del vehículo frenemos bruscamente, bien porque el impacto nos involucre en un choque en cadena (contra otro coche que tengamos delante o contra un obstáculo fijo). Y en esta segunda fase, la deceleración sí va a ser brusca y rápida, como en cualquier otro impacto frontal.

Hace tres días, mi amiga Izaskun y su hija Paula, de cuatro años, pudieron comprobar los efectos de un impacto trasero en primera persona cuando, paradas en un semáforo a la salida del cole, un coche embistió a gran velocidad al coche que tenían detrás y se vieron envueltas en un choque en cadena de cuatro vehículos. A Izaskun se la tuvieron que llevar en ambulancia al hospital inmovilizadísima para descartar fracturas o lesiones medulares, con un enorme mareo que no le permitió ni comprobar cómo estaba su hija. Por suerte, la cosa quedó en un latigazo cervical del quince. De la niña no os puedo contar nada porque no le pasó NADA. Por no tener, no tuvo ni el susto.

El latigazo de Izaskun no se produjo en la primera fase, en la que su cabeza se pegó al reposacabezas de su asiento, sino en la segunda, cuando la aceleración lanzó su coche contra el coche de delante y le hizo impactar contra él. Si os fijáis, muchas de las experiencias con latigazos cervicales empiezan con un «estaba parada y me dieron un golpe por detrás».

¿Por qué la niña resultó ilesa a contramarcha? Porque en esa segunda fase, el respaldo de la silla a contramarcha la protegió de la brusca deceleración del impacto frontal, evitando toda tracción sobre el cuello.

En la primera fase, cuando su cabeza se vio un poquito retenida, lo hizo sin ninguna fuerza de tracción que tirase de ella. Como su velocidad inicial era cero, su cuello solo tuvo que soportar el peso de la propia cabeza (algo similar a si se hubiera quedado dormida en un asiento sin respaldo y se le hubiera caído la cabeza hacia delante), algo para lo que está perfectamente capacitado.  

¿Y por qué pensamos que en un impacto trasero lo peligroso es ir a contramarcha?

Porque extrapolamos equivocadamente los datos. Pensamos que si es peligroso ir a favor de la marcha en un impacto frontal, ir a contramarcha en el caso contrario será peligroso de igual manera. Y efectivamente lo sería.

Pero el caso contrario no es un impacto trasero, sino sufrir un accidente circulando MARCHA ATRÁS. Si vamos marcha atrás a 50 km/h y nos chocamos contra algo, estaríamos en el mismo escenario del impacto frontal a favor de la marcha: la silla en este caso SÍ estaría orientada en el mismo sentido de la tracción. Se lo he dicho pensativa a mi marido esta misma tarde cuando ha cogido brío marcha atrás para aparcar (que iría a diez por hora pero aquello suena, y acojona, como si fueras a diez mil): «pues este sería el mejor escenario para pegárnosla yendo solos, porque sería como si fuéramos a contramarcha y el respaldo nos protegería». Menos mal que ya le tengo acostumbrado a este tipo de comentarios frikis sobre contramarcha (y a mí, en general). Ni se inmuta.

Pero ya veis que no es muy habitual tener un accidente circulando marcha atrás a altas velocidadesSi alguna vez hacéis esto, que no sea con el peque a contramarcha.

En un impacto trasero, lo miremos como lo miremos, desde la teoría o desde la práctica, viajar a contramarcha sigue siendo la opción más segura.

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4 comments

  1. Abigail says:

    Hola !
    Gracias por tus explicaciones! Anoche mismo tuve una conversación sobre el tema con los abuelos los cuales hasta me hicieron dudar… sobre todo en caso de golpe por detrás con el coche parado (según ellos lo más común)

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