Y ¿no vais a tener otro?

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Foto: Pixabay

La verdad es que nunca he sentido mucha presión social para que tuviera hijos. Ni mucha ni poca, en realidad. Quizá porque me he movido siempre en un entorno de mujeres bastante poco tradicionales que huían de hijos, de matrimonios e incluso de parejas. O quizá porque, como era algo que yo siempre había querido hacer, como siempre he sabido que algún día quería ser madre (aunque ese día lo fuese retrasando una y otra vez dándome treguas bienales desde los veinticinco), nunca me he sentido empujada a algo que no entrase en mis planes, mis deseos o mis necesidades. Y hete aquí que fue parir a mi hija y comenzó el acoso.

¿Por qué esta presión social por tener, necesariamente, más de un hijo? Una vez que te lanzas al primero, ¿es obligado continuar? ¿Quién decide el número? ¿No deberías ser tú, y tu pareja, quienes lo hicierais? Al fin y al cabo, todos nos plantamos en un número. ¿Por qué está tan mal visto que ese número sea uno? Continue reading →

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¿Hacen falta tantos bártulos? Todo lo que no volvería a comprar para un bebé

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Foto: Pixabay

Desde que soy madre, mi casa se ha convertido en una especie de vórtice del caos. Esto es así, y hay que aceptarlo. Los juguetes campan con tal naturalidad por el salón que no me extrañaría descubrir que están vivos, como en Toy Story, película que tengo muy presente porque desde hace cosa de un mes la vemos en modo bucle TODOS los días. Y no me importa (demasiado) la invasión, porque son juguetes y peluches que hacen feliz a la peque. Acepto su compañía porque alegran a mi niña. Aceptamos barco. Si nos ponemos a hilar fino, tiene pocos juguetes, cuatro cosas bien escogidas y algunos peluches que fueron de su madre, es decir, servidora. Todo lo que era mío es suyo ahora. Esto también es así y también lo acepto.

Pero lo que llevo mal es la inmensa cacharrería de puericultura que invade la casa, dondequiera que esté. Moverme por las habitaciones como en una coreografía del Lago de los Cisnes para esquivar aquí el parque, allá la hamaca, un poco más lejos la trona. Entrar en el baño con un giro de cintura digno del mejor bailarín de bachata para no clavarme el pico de la bañerita-cambiador en la cadera. Tener un dormitorio que bien podría ser una pantalla del Tetris. Y encima estar contenta porque las camas… ¡entran! Y eso me lleva a la pregunta que titula este post: ¿Hacen falta tantos bártulos? Continue reading →

Violencia obstétrica: ¿tú también la has sufrido?

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Foto: Pixabay

No podía ser de otra forma. El segundo cumpleaños de mi peque traía de la mano los recuerdos de su nacimiento y, con ellos, del parto. El parto que nos robaron, porque no puedo sentirlo de otra forma. Por eso, hoy siento la necesidad de hablar de un tema sobre el que llevo mucho tiempo queriendo dar mi opinión: la violencia obstétrica. Sé que es un término que suena muy duro e impactante pero, lamentablemente, está a la orden del día. Y no, no es necesario que te den dos tortas durante el parto. Al menos dos tortas al uso. Que, a veces, casi sería mejor.

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Carta a mi hija

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Foto: ©Unamamadeotroplaneta

Tal día como hoy hace dos años, cariño, tu mamá estaba ya desesperada dando vueltas a la manzana para ver si adelantaba el parto. Igual te sorprende pero es que no soy nada paciente, salvo contigo. Eso te lo puede decir papá cuando crezcas un poco. Sólo contigo. Nueve meses de espera superaban todo lo que me sentía capaz de aguantar. Necesitaba que comenzásemos ya el camino. Pero tú siempre has tenido muy claro lo que quieres y lo que no, cosa que me encanta de ti, y no tenías intención de salir hasta el día 4, que cumplíamos fecha. Puntual y exacta. Daban igual mis prisas, que ingresáramos esta misma noche en el hospital y tuviéramos por delante más de veinticinco horas de trance. Tú ibas a nacer cuando tenías que nacer pero yo no lo sabía, yo no comprendía, aún tenía mucho que aprender.

Ojalá pudiera volver atrás y esperarte con más paz, disfrutar esos últimos días en los que sólo yo te conocía, en los que éramos una todavía. Ojalá, ya que nos ponemos, hubiéramos podido vivir las dos un parto más respetado y tranquilo y te hubieran dejado nacer con calma, ¿verdad? Continue reading →

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Gratitud

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Foto: Pixabay

Era imposible escribir un post que no fuera éste. Al menos, hoy. Tras un par de días de calma y reflexión, tras haber podido pasar un poco de tiempo con mi familia, que ha apoyado con bendita paciencia mi ritmo de trabajo exhaustivo de las últimas semanas, vuelvo a sentarme delante del ordenador. Abrumada por la respuesta a la campaña que lanzamos el pasado jueves y decidida a convertir en palabras un sinfín de sentimientos que pueden condensarse en una palabra: Gratitud.

No pensaba yo que una idea que se había alojado machaconamente en mi cabeza nos haría llegar tan lejos. Supongo que llevaba demasiado tiempo sufriendo por el desconocimiento que hay en España sobre seguridad infantil en el coche, buscando la manera de cambiar las cosas, informando a todo aquel que tuviera la suerte o la desgracia de acercarse a mí con alguna pregunta que me diese pie del tema, pensando artículos útiles que pudieran ayudar a todos esos padres que sólo necesitan SABER para llevar a sus hijos a contramarcha. Supongo que ese caldo de cultivo ayudó a cocinar este movidón que hemos montado cuando, hace casi tres semanas, una bombilla se encendió en mi cabeza. Continue reading →