A lo largo de mi (corta) experiencia como madre me he dado cuenta demasiadas veces de lo mucho que me exijo, de lo muchísimo que espero de mí misma en esto de la maternidad. Sé que en parte es «culpa mía», que aprender, descubrir, investigar, empoderarse está muy bien pero puede crearte, sin ser consciente, un nivel de autoexigencia excesivo. Que abrir la puerta al conocimiento y evolucionar cierra otras puertas. Por ejemplo, desde que sé qué llevan las salchichas, me siento incapaz de comerme una. A veces me descubro añorando un perrito caliente pero es que ya sé de qué está hecho (ughh). Lo visualizo y se me cierra esa puerta. Ya no la quiero cruzar, porque ya sé lo que hay al otro lado. Bien, pues con muchas de las cosas que he ido aprendiendo sobre crianza me pasa lo mismo.
Ahora bien, ¿se trata «sólo» de eso? Continue reading →