Te prometo 3 cosas

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Quisiera prometerte la luna. Quisiera bajarla y dártela, o poder alzarte hasta ella para que sepas a qué sabe, como en el cuento. Quisiera prometerte el mundo y todo lo que contiene. Y es imposible, claro, pero no hace falta que nos vayamos tan lejos. ¡Hay tanto que no puedo prometerte! Que nunca voy a meter la pata. Que nunca se me va a escapar un grito o una mala contestación. Que nunca voy a actuar de manera injusta. Que nunca va a haber un momento en que, de las dos, la más niña sea yo. Que nunca me voy a ver desbordada por algo y lo voy a manejar como el culo. No puedo prometerte que seré una madre perfecta aunque, si te soy sincera, ni siquiera creo que eso fuera positivo para ninguna de las dos. Y no te puedo prometer que nunca haré nada mal. Pero sí te prometo tres cosas: Continue reading →

Crece libre, mi niña

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Hay dos formas de ser libre siendo mujer. Para una de ellas, aún hay que cambiar el mundo. Es algo que espero que ocurra, poco a poco, mientras tú creces. Pero para la otra no hay que esperar a nada, mi vida, la otra está en ti. Y espero saber transmitírtelo. Saber enseñarte a ser tú misma sin condicionarte, sin encasillarte, sin pensar que debes ser un tipo de mujer, u otro, para ser válida. Sin crecer acumulando conceptos equivocados sobre ti misma porque miras hacia fuera en lugar de mirar hacia dentro. Así crecí yo. Mi niña… tú crece libre. Continue reading →

El día que mi hija me demostró que la crianza respetuosa funciona

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Cuando descubres la crianza con apego vives como un reinicio interior. Tu mente se abre y examina por primera vez conceptos que has traído siempre contigo, por lo que has visto en las relaciones entre padres e hijos, por lo que has vivido en tu infancia, por lo que sea, pero conceptos que llevas arrastrando toda tu vida y que, de pronto, están sujetos a reflexión. Porque, de pronto, te das cuenta de que algo no está bien en ellos. Y cuanto más lees sobre apego, sobre crianza respetuosa, cuanto más resuena en ti lo que vas leyendo, más te vas entusiasmando, más te vas visualizando haciendo las cosas así. Pero a veces la visualización va más allá y te imaginas cómo de bien “se va a portar” tu hijo, cómo de plácida va a ser vuestra comunicación, cómo se va a notar que a tu hijo lo estás criando respetuosamente.

Entonces tu hijo nace y llora, crece y tiene rabietas, no te hace caso, se enfada y te grita, se bloquea y se vuelve un troll de las cavernas durante un rato, vives una y otra vez las mismas situaciones con ración extragrande de paciencia y no ves resultados aparentes. Y tu mente se llena de miedos y de dudas y se hace la gran pregunta (“¿Por qué se porta así?) y el gran reproche (“¡Si yo estoy criando desde el respeto!”). Y ese es el gran error. Porque la crianza con apego, la crianza respetuosa, no funciona así. Continue reading →

No sé si quiero tener otro hijo

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Estoy con un conflicto interno de categoría superior. No sé si quiero tener otro hijo o no. Digo otro, en singular, porque sí sé con toda seguridad que tres hijos no querría tener (francamente, no nací con la energía vital necesaria), como supe con toda seguridad siempre que sí quería tener a mi hija. Lo supe sin más, lo supe sin dudas, lo supe con un pellizco en las tripas que no era racional ni era discutible. Existía, estaba, y ya está. No quería morirme sin ser madre. SABÍA que quería vivir esa experiencia, conocer la maternidad, sentir ese amor. Saber con certeza algo es una cosa maravillosa que no apreciamos en su justa medida porque ahora me encuentro en lo contrario, instalada en la duda y en la comedura de coco. Y me tiraría de los pelos si debajo me encontrase las respuestas. Continue reading →

Yo solo quiero regalarte calma

Yo solo quiero regalarte calma

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Ay, cariño. Con tantos juegos y juguetes disponibles, con tantas opciones que te podría regalar, que te encantan, que me encantan, con tanta ilusión que preparo estos días para ti, con lo satisfecha que estoy con lo que pides, lo que busco, lo que ya has descubierto y lo que aún tienes esperándote. Y aun así, lo que yo más quiero regalarte ni se compra ni se paga, ni muchas veces se consigue del todo. Yo solo quiero regalarte calma. Continue reading →