Han pasado tres años. Quizá incluso sean cuatro. No recuerdo qué edad tenía mi hija ese verano, para poder calcular las fechas de forma exacta. Pero recuerdo la escena como si me la hubiera grabado con un hierro al rojo en la cabeza y tengo la impresión de que va a dar igual cuántos años sigan pasando. Olvidamos millones de cosas pero a veces hay fotogramas y sensaciones que se quedan contigo y no se van. Cada equis me acuerdo de ese niño y me agarra la misma pulsión que sentí ese día cuando vi cómo su padre le insultaba, una pulsión absurda porque no puede ser, porque no sé ni quién es. Pero quisiera acercarme, sentarme a su lado, hablar con él. Explicarle que los padres y las madres no somos más que personas, personas que se equivocan y que no siempre saben hacer las cosas bien. Explicarle que lo que decimos y hacemos no es por cómo son ellos, sino por cómo somos nosotros. Decirle que no es tonto, y que NADIE tiene derecho a llamárselo, y eso incluye a su padre. Decirle que no se lo crea, que no se condicione. Que no se acostumbre. Continue reading →
Crianza
Guía básica para no volverte loca por no ser una madre perfecta
A lo largo de mi (corta) experiencia como madre me he dado cuenta demasiadas veces de lo mucho que me exijo, de lo muchísimo que espero de mí misma. Abrir la puerta al conocimiento y evolucionar según vas aprendiendo cosas que desconocías cierra otras puertas. Desde que sé qué llevan las salchichas, me siento incapaz de comerme una. A veces me descubro añorando terriblemente un perrito caliente pero es que ya sé de qué está hecho (ughh). Lo visualizo y se me cierra esa puerta. Ya no la quiero cruzar, porque ya sé lo que hay al otro lado.
Con muchas de las cosas que he ido aprendiendo sobre crianza me pasa lo mismo. Y aprender está muy bien. Descubrir, investigar, empoderarse. Pero te va creando un nivel de exigencia del que no eres consciente hasta que vives condicionada por él. Continue reading →
No, no tienes que compartir
Llevo mucho, mucho tiempo, queriendo escribir sobre este tema en el que mucho me temo que, una vez más, voy contracorriente con ideas de otro planeta. Pero es que me impresiona cómo funcionan las cosas en cuanto hay varios niños juntos, me impresionan las ideas que se les inculcan sobre compartir y la distancia que hay entre el objetivo buscado y la realidad. Menos mal que bajo poco al parque (no valgo yo para esto) porque soy como una marciana cuando lo hago. Lo que veo en los parques podría considerarse una mezcla entre un sírvase usted mismo y el salvaje oeste pero, desde mi punto de vista, no es compartir. Continue reading →
Te prometo 3 cosas
Quisiera prometerte la luna. Quisiera bajarla y dártela, o poder alzarte hasta ella para que sepas a qué sabe, como en el cuento. Quisiera prometerte el mundo y todo lo que contiene. Y es imposible, claro, pero no hace falta que nos vayamos tan lejos. ¡Hay tanto que no puedo prometerte! Que nunca voy a meter la pata. Que nunca se me va a escapar un grito o una mala contestación. Que nunca voy a actuar de manera injusta. Que nunca va a haber un momento en que, de las dos, la más niña sea yo. Que nunca me voy a ver desbordada por algo y lo voy a manejar como el culo. No puedo prometerte que seré una madre perfecta aunque, si te soy sincera, ni siquiera creo que eso fuera positivo para ninguna de las dos. Y no te puedo prometer que nunca haré nada mal. Pero sí te prometo tres cosas: Continue reading →
Crece libre, mi niña
Hay dos formas de ser libre siendo mujer. Para una de ellas, aún hay que cambiar el mundo. Es algo que espero que ocurra, poco a poco, mientras tú creces. Pero para la otra no hay que esperar a nada, mi vida, la otra está en ti. Y espero saber transmitírtelo. Saber enseñarte a ser tú misma sin condicionarte, sin encasillarte, sin pensar que debes ser un tipo de mujer, u otro, para ser válida. Sin crecer acumulando conceptos equivocados sobre ti misma porque miras hacia fuera en lugar de mirar hacia dentro. Así crecí yo. Mi niña… tú crece libre. Continue reading →