Una frase maravillosa me abrió una perspectiva nueva a la hora de educar. Se la dijo una madre a su hija de tres años en una reunión de amigos, hace aproximadamente año y medio. La pequeña se acercó clamando por agua de forma inquisitiva, esto es, un poco de malas maneras. ¡Agua!, gritó. Con toda tranquilidad, la madre comenzó a servirle un vaso de agua mientras respondía reposadamente «Muy bien pero ¿sabes pedirlo bonito?». La niña reaccionó con rapidez, sin la menor resistencia, incluso con alegría, y reformuló su petición con un tono de voz mucho más agradable: Mami, por favor, ¿me das agua?. Y tan contenta se marchó con su vaso lleno mientras yo me empapaba de la energía de ese momento.
Es un simple ejemplo, pero me pareció que encerraba mucho en qué pensar. Que podía ser un elemento inspirador a la hora de enfrentarme a esas situaciones que sin duda se iban a dar con mi hija conforme fuera creciendo. Y un punto de anclaje sencillo de recordar a la hora de embarcarme en su educación: Educar en Positivo. Continue reading →