¿Te planteas un Destete Nocturno?

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Por fin encuentro tiempo, calma y concentración para poder adentrarme en este tema como lo quiero hacer, con orden y detalle. Un tema que me parece muy importante en el marco de la crianza respetuosa pues sólo se me ocurre, por más que pienso, un motivo por el que una madre quiera hacer un destete nocturno: el agotamiento.

Porque si quieres destetar, destetas y, si quieres seguir con la lactancia, sigues. Es sencillo, cualquier madre sabe si quiere o no dar el pecho, si desea continuar o prefiere cerrar esa etapa. Pero un destete nocturno es un punto intermedio, un destete parcial dirigido por una madre que, en un principio, no desea terminar la lactancia per se. ¿Por qué lo hace, entonces? Para mí es muy fácil responder a esa pregunta con pleno conocimiento de causa: porque esa madre necesita dormir. Y eso supone un conflicto de intereses con necesidades enfrentadas porque, si el peque no necesitase a algún nivel esas tomas, no las haría. Por tanto, supone anteponer, como madre, una necesidad propia a una necesidad de tu hijo.

Y eso cuesta mucho decidirlo.

Si sigues una crianza respetuosa, te resistirás a forzar pasos que no se den naturalmente. Hay algunos, no obstante, que necesitarás dar. Por tu salud, por tu bienestar y el de tu familia. Pero, primero, debes plantearte una pregunta determinante. Continue reading →

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¿Hacen falta tantos bártulos? Todo lo que no volvería a comprar para un bebé

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Desde que soy madre, mi casa se ha convertido en una especie de vórtice del caos. Esto es así, y hay que aceptarlo. Los juguetes campan con tal naturalidad por el salón que no me extrañaría descubrir que están vivos, como en Toy Story, película que tengo muy presente porque desde hace cosa de un mes la vemos en modo bucle TODOS los días. Y no me importa (demasiado) la invasión, porque son juguetes y peluches que hacen feliz a la peque. Acepto su compañía porque alegran a mi niña. Aceptamos barco. Si nos ponemos a hilar fino, tiene pocos juguetes, cuatro cosas bien escogidas y algunos peluches que fueron de su madre, es decir, servidora. Todo lo que era mío es suyo ahora. Esto también es así y también lo acepto.

Pero lo que llevo mal es la inmensa cacharrería de puericultura que invade la casa, dondequiera que esté. Moverme por las habitaciones como en una coreografía del Lago de los Cisnes para esquivar aquí el parque, allá la hamaca, un poco más lejos la trona. Entrar en el baño con un giro de cintura digno del mejor bailarín de bachata para no clavarme el pico de la bañerita-cambiador en la cadera. Tener un dormitorio que bien podría ser una pantalla del Tetris. Y encima estar contenta porque las camas… ¡entran! Y eso me lleva a la pregunta que titula este post: ¿Hacen falta tantos bártulos? Continue reading →

Violencia obstétrica: ¿tú también la has sufrido?

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No podía ser de otra forma. El segundo cumpleaños de mi peque traía de la mano los recuerdos de su nacimiento y, con ellos, del parto. El parto que nos robaron, porque no puedo sentirlo de otra forma. Por eso, hoy siento la necesidad de hablar de un tema sobre el que llevo mucho tiempo queriendo dar mi opinión: la violencia obstétrica. Sé que es un término que suena muy duro e impactante pero, lamentablemente, está a la orden del día. Y no, no es necesario que te den dos tortas durante el parto. Al menos dos tortas al uso. Que, a veces, casi sería mejor.

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¿Criar con apego significa permitirlo todo?

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Seguro que, si has elegido una crianza con apego, hay muchas cosas que tienes claras. Por ejemplo, que tu bebé necesita contacto casi permanente contigo los primeros meses, porque así cubres sus necesidades más primarias de afecto y seguridad. Habrás leído, probablemente, sobre la exterogestación, ese período de nueves meses tras el parto que llaman la segunda gestación. Es muy posible que eso te haga portear (por favor, ¡escoge una mochila ergonómica!, dentro de muy poco hablaré sobre eso) y que te plantees opciones como el colecho, ya sea en tu cama o en una cunita sidecar. También sabrás que debes atender sus necesidades, no dejarle llorar, hablarle amorosamente, alimentarle a demanda… Es decir, tendrás bastante claro qué tienes que hacer para criar a un BEBÉ con apego.

Pero, de repente, un día te darás cuenta de que tu bebé ha crecido y comienza a ser un niño, con todo lo que ello conlleva. Será mucho más capaz y te necesitará menos en muchos aspectos, sí, pero también desarrollará su propio carácter y querrá volverse cada vez más autónomo. Puede que sea entonces cuando te hagas la gran pregunta: ¿Cómo criar con apego a un NIÑO? Continue reading →

Crianza, eso sobre lo que todos opinan

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La intimidad ajena se respeta bastante, en líneas generales. A pocas personas se les ocurriría cuestionar el por qué de muchas de tus decisiones más íntimas. Sólo tus amigos de confianza (y algún que otro entrometido puntual) se meten en tus asuntos laborales, sociales o de pareja. En tus gustos y tus manías. En tu forma de ver y enfrentar la vida. Hay cosas de las que, sencillamente, uno no opina. Porque se entiende que pertenecen a la esfera privada del otro y que no está bien inmiscuirse. Es más, el otro podría molestarse porque, seamos claros: te estás metiendo donde no te llaman.

¿Te imaginas que eso no fuera así? Que un conocido al que no ves más de un par de veces al mes te diga que está mal que tu pareja y tú durmáis cada uno a vuestro aire, porque lo que tenéis que hacer es la cucharita. Te estás buscando problemas para el futuro. Y eso que haces para curarte el catarro no sirve para nada. ¿Crees en esas chorradas? Ya que nos ponemos, en vez de Doritos deberías comprar Cheetos. Como consejo, pero tú verás. ¿Qué harías si alguien actuara así? ¿Puedes imaginar un comportamiento menos adecuado socialmente?

Bien, pues eso, exactamente, es lo que se hace respecto a la crianza. Continue reading →