El otro día os preguntaba en redes cómo definiríais vuestro estado de ánimo, viendo cómo vamos a acabar el año. Me venían muchas palabras para intentar precisar el mío, pero ninguna me parecía completa. Mi estado de ánimo parece más bien el resultado de una receta. Demasiados ingredientes sueltos que van y vienen. Y voy a ratos. A ratos tensa, a ratos indignada, a ratos desmotivada, a ratos harta. Pero quizá sí hay una palabra que aunque no resume mi estado emocional, está siempre presente, como denominador común: CANSADA.
Cansada de estar tensa. Cansada de tener miedo, de preocuparme, de vivir en una sensación de amenaza, con el desgaste tanto físico como en salud mental que supone.
Cansada de vivir en el día de la marmota, levantándome de la cama sin saber si el tiempo pasa o no, sin poder ver ni planear nada a medio plazo.
Cansada de hacer renuncias, esfuerzos y sacrificios. Cansada de perder cachitos de fe en la gente cuando veo cuántas personas van simple y llanamente a lo suyo, porque lo demás les importa poco. Cansada de no vivir para que otros se puedan desmadrar.
Cansada de desesperarme y rabiar con la clase política más inútil, incompetente, pueril y narcisista que podríamos tener. Cansada de oír discursos autocomplacientes y vacíos y desear que alguien se ponga al volante para dejar de dar trompos de una puñetera vez.
Cansada de sufrir como madre viendo cómo los niños, que se adaptan a todo, son los únicos a los que se les pide adaptarse una y otra vez. Se les pide, digo. Como si contase su respuesta. Como si no fuesen el fleco más rápido del que tirar para tocar en lo mínimo todo lo demás.
Cansada. Eso estoy. Entre muchas otras cosas, entre idas y venidas, entre ratos buenos y ratos malos, pero siempre como denominador común.
Cansada.
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Acabo de descubrir tu blog y me encanta como escribes y transmites.
Muchas gracias por tu honestidad.
Gracias a ti por escribirme este mensaje para decírmelo. Te mando un abrazo enorme
Muchas gracias por tus artículos. Me siento totalmente identificada con este último y ayuda mucho. Tengo un hijo de 4 años y una hija de 2 y estoy totalmente desbordada por ella, acaba con mi ánimo y mi energía.