No soy nada partidaria de llenarse de trastos. Con mi hija compramos pocas cosas y aun con eso la casa pareció durante un par de años la franquicia de Diógenes del Toysrus. Luego descubrí en Netflix a Marie Kondo y me volví otra persona, una que siente alegría doblando en vertical (y lo peor es que es tal cual). Después de sacar la mitad de la cosas que tenía en casa soy muy reacia a volver a llenarla, así que os podéis imaginar mi postura de partida respecto a los cachivaches de puericultura. Lo único que hemos cogido para el chiquitín es lo que consideramos imprescindible y/o tremendamente útil. Pueriminimalismo. La silla a contramarcha más cómoda de instalar, manejar y usar que he visto. La hamaca más práctica y que menos ocupa. El carrito más cómodo y completo que he encontrado. Y con los accesorios que considero más útiles y que merece la pena tener:
1. Bolso de maternidad
Básico e impepinable como mínimo el primer año para no ir por la vida como una feria ambulante. Os recomiendo que cojáis un bolso de maternidad que:
- Lleve cambiador. Si algo se tiene claro con un bebé es que siempre puede pasar cualquier cosa en cualquier sitio. Y si el cambiador va incluido en el bolso estará adaptado a su espacio interior.
- Tenga bolsillos. Por muy divertido que pueda ser meter la mano como en el bombo de la lotería para encontrar un pañal o un tubito de suero al tacto (he jugado a eso), tener bolsillos para poder separar mínimamente por categorías las cosas que llevas dentro del bolso de maternidad es super útil.
- Os resulte cómodo de usar. Mirad los bolsillos, las cremalleras, los ajustes del asa, probad a ponerlo en el carrito y a llevarlo colgado al hombro. Lo vais a llevar todo el día encima de una forma u otra durante muchos meses.
- Pese poco. Lo menos posible, que luego hay que llenarlo de cosas.
Nuestro primer bolso de maternidad salió tirado de precio y nos hizo el servicio pero pesaba y era algo rígido e incómodo. Se les perdió a mis padres en un parque así que el segundo nos lo regalaron ellos. Como la peque ya era grandecita y llevábamos muy poca cosa, cogieron uno que fue fantástico para esa etapa. Ligerísimo y comodísimo. Todavía lo tenemos pero para las chorrocientas cosas del chiquitín no es práctico (solo tiene un compartimento general y un bolsillo lateral) así que hemos cogido otro, que me encanta porque viene con un montón de bolsillos y redecillas para poder llevarlo todo increíblemente bien organizado (os habla una persona que dobla en vertical).
2. Saquito
Igual que con la colchoneta de verano tuerzo un poco el morro porque depende más del carrito (si tiene buenos textiles o el bebé se cuece vivo, si es cómodo o duro…), el saquito de invierno sí lo veo indispensable. Por poder, te puedes apañar con mantas pero en la práctica es un engorro, por no poner algo más anatómico y menos fino. ¿Para qué complicarse la existencia? Os digo más. Con el chiquitín hemos pillado no un saco, sino dos: uno de entretiempo de algodón y el gordo para el frío de verdad.
3. Parasol
Imprescindible para proteger al bebé del sol. Yo no soy nada, nada fan de las sombrillitas. Con la peque tuve una y acabé hasta las narices de recolocar el ángulo cada vez que girábamos dando un paseo para que la niña no se quedase al descubierto cada poco. Creo que no me he deshecho de nada con más ganas que de esa sombrilla. Me parecen mucho más prácticos los parasoles tipo capota, que amplían la del propio carrito. Cuidado, con protección 50+, que si no no sirven de nada.
Y si tenéis el carrito de la misma marca o uno con el que sea compatible ajustarla, os recomiendo la pantalla protectora de Joolz. Es la de la foto de cabecera y es una puñetera pasada, tanto para proteger del sol como para que el peque se duerma, según la pongas.
4. Burbuja de lluvia
Yo soy como los gatos así que, cuando llueve, mi primer impulso es pensar «¿para qué salir si seguro que puedo subsistir en mi casa hasta que vuelva el sol?». Pero a veces no queda otra así que el plástico para la lluvia acaba siendo otro de los accesorios inevitables si no queréis que la silla, el capazo y/o el bebé acaben como una sopa.
Por si lo que os viene a la cabeza es la imagen de un plástico transparente completo y rígido, sabed que en algunas marcas hay alternativas de tela flexible finita e impermeable con una zona central de plástico transparente mucho más cómodas tanto de usar como de plegar y desplegar. Nosotros ahora tenemos una de esas y la diferencia es sustancial.
5. Mosquitera
Si vais a salir a partir del atardecer, vale la pena tener una mosquitera. Las hay super baratas, no añaden peso y no suelen ocupar prácticamente nada plegadas. Mucho mejor que rociar con antimosquitos el carrito. Ojo con eso.
Estos son los accesorios que hemos cogido nosotros, aunque vuestra lista ideal puede ser otra. Como en todas las áreas de la vida, en puericultura las circunstancias concretas marcan lo que vamos a necesitar (o lo que nos podría ir bien, que no es lo mismo). Por ejemplo, si vuestros peques se llevan muy poco un patinete os puede facilitar muuuucho la vida cuando tengáis que ir de A a B con prisa. Si sois como mi amiga Tania y no podéis vivir sin cantidades ingentes (y constantes) de café, a lo mejor un portavasos os da la vida. Esto ya es super personal, así que tomad esta lista como una referencia más por si os sirve de algo mi experiencia y luego, como siempre, adaptadla. 🙂
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